El Gobierno informará el resultado fiscal de junio y se apoyará en el superávit para sostener las nuevas medidas
El Gobierno dará a conocer hoy el número del resultado fiscal del primer semestre del año, una variable que cobra cada vez más importancia en el esquema de política económica, ya que los pesos que consigue ahorrar el Poder Ejecutivo ahora serán utilizados para el pago de los intereses de las nuevas letras que reemplazan a los pasivos remunerados del Banco Central y, además, comprarán por anticipado los dólares para afrontar los intereses de los bonos en moneda extranjera de enero.
El presidente Javier Milei anticipó la semana pasada que el resultado fiscal de junio sería superavitario, algo que hace algunas semanas no se esperaba porque la normalización de pagos a Cammesa y el gasto adicional en aguinaldos pagados por el Estado nacional podrían interrumpir la racha de meses con superávit. Fuentes oficiales aseguraron que el excedente no solo será en términos primarios sino financieros, es decir, luego del pago de intereses de la deuda.
Esta semana, además, tendrá lugar la operación por la cual el Tesoro, con pesos conseguidos con ese mismo superávit, apurará compras de dólares por USD 1.530 millones y los girará a una cuenta en el Bank of New York Mellon para que queden como custodia y a manera de garantía de los pagos de intereses de los Globales y Bonares en moneda extranjera en enero.
De esa forma, el superávit, que ya era un ancla del plan económico, pasará a tener aún más relevancia y ser observado más de cerca, cerradas todas las canillas de emisión monetaria. “Nada de lo que hagamos va a poner en riesgo el equilibrio fiscal”, insistió un miembro del equipo económico. En el Gobierno relativizan la magnitud de los intereses adicionales que tendrá que afrontar el Tesoro por el traspaso de la deuda del BCRA.
En una presentación ante inversores en Nueva York, el vicepresidente del BCRA Vladimir Werning aseguró que ese movimiento “no implica un aumento de la deuda en pesos”, que en términos globales -considerando BCRA y el Tesoro- pasaría de 39,3% del PBI a 37,9 por ciento. Aunque el Tesoro pasaría de tener (netos de sus depósitos en cuenta corriente en el Central) 34,3% del Producto en deuda en moneda local contra los 30,2% del PBI que registraba antes de la migración completa de pases.
El Gobierno no anticipó que magnitud tendrá el superávit fiscal de junio y el acumulado del semestre, aunque algunos informes privados -con una metodología distinta ya que miden el gasto devengado y no el base caja como hace la Secretaría de Hacienda- recogieron algunas tendencias para determinar qué podría mostrar el Ministerio de Economía en su resultado fiscal este martes.
Para la consultora LCG, “los datos de junio reflejarían cierta moderación de los resultados previos en buena parte explicada por la propia estacionalidad del gasto. Con el detalle de gastos devengados y pagados por la Administración Pública Nacional podemos afirmar que en junio el gasto total mantuvo la dinámica previa reflejando una caída del 44% anual en términos reales”.
“Se observó nuevamente una diferencia entre el gasto devengado y el efectivamente pagado (deuda flotante), que había sido prácticamente corregida con el correr de los meses después del desajuste de principios de año. No obstante, al cierre de junio esta diferencia representa poco más del 9% del gasto total devengado, un ratio apenas 2 puntos porcentuales superior al acumulado a esta misma altura del año en el pasado. Más allá del ajuste generalizado en el gasto, entendemos que las mayores erogaciones que impone el pago de aguinaldos se cubrieron con parte de esta postergación”, planteó esa consultora.
“En paralelo, los ingresos fiscales volvieron a moverse a la baja. Sin la contribución del Impuesto a las Ganancias registrado en mayo por los pagos de las empresas con cierre de balances en diciembre, en junio volvió a pesar únicamente los aportes del Impuesto País y los Derechos de Exportación. La recaudación destinada a las arcas nacionales se ajustó 13% anual real en junio”, concluyó.
La consultora Analytica hace un monitoreo de gasto público todos los meses para saber qué tendencia tuvo, también medido de manera devengada, es decir los gastos comprometidos pero no necesariamente realizados de manera efectiva. “En junio, el gasto primario real devengado tuvo una caída del 35% interanual. Considerando el primer semestre, la contracción en términos reales fue del 32,1% comparado con igual período del año pasado”, midieron. Ese 35% de contracción del gasto fue uno de los más altos del año, por detrás del 39% de marzo y empatado con el de febrero.
“Entre las partidas devengadas con mayores ajustes reales respecto a junio 2023 figuran la obra pública (-81,7%), las transferencias a provincias (-72,5%) y los subsidios económicos (-66,8%), en particular los destinados a la energía (-72,9%) en concordancia con el aumento tarifario de junio”, aseguraron desde esa consultora.
En tanto, la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que “con ingresos totales por $37,95 billones y gastos que sumaron $37,61 billones, la Administración Nacional registró superávit financiero de $0,34 billones en el primer semestre del año y un resultado primario positivo de $4,97 billones. En el mes de junio presentó un déficit primario de -$1,44 billones y déficit financiero de -$1,82 billones”. Nuevamente, como las metodologías son distintas, no es un resultado comparable con el número que dará a conocer en las próximas horas el Palacio de Hacienda.