Murio Jorge Lanata
El reconocido periodista murió este lunes luego de haber estado más de seis meses internado en el Hospital Italiano y en la Clínica de Neurorrehabilitación Santa Catalina. El conductor había sido internado el 14 de junio luego de sufrir una descompensación mientras se hacía una tomografía de pulmón. Por ese motivo, los médicos decidieron dejarlo internado.
Fundador de los diarios Página/12 y Crítica de la Argentina y de varias revistas, también fue el creador de exitosos programas de televisión que marcaron época, como Día D, Periodismo Para Todos y Lanata Sin Filtro. Líder en la radio durante más de una década, realizó documentales, escribió diversos libros de ficción y no ficción, y hasta fue primera figura de una revista en el Maipo. Todos sus proyectos tuvieron el signo de la desmesura. Destapó los casos más resonantes de corrupción de los noventa y de la era kirchnerista: fue el periodista más influyente de la Argentina en las últimas décadas. Provocó fervores y odios de una intensidad poco usual.
En las últimas dos semanas su familia y sus amigos más íntimos no se despegaron de su lado en el Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires, deseando una mejoría que nunca llegó, acostumbrados a la resiliencia con la que atravesó el periodista sus últimos años con una salud debilitada.
Según las declaraciones de su esposa, Elba Marcovecchio, la Navidad de este año fue una de las más difíciles para la familia. Acostumbrados a celebrar en Punta del Este, esta vez dividieron su tiempo entre el hospital y su hogar en Buenos Aires. Marcovecchio relató que, en un gesto de cercanía, le leyó al periodista el libro Contra la verdad, de Nietzsche, a pesar de que “a él le gusta más la poesía”. La abogada expresó su esperanza diciendo: “Siempre tengo fe. Una parte mía siempre dice ‘vamos a salir adelante’”.
Durante la noche del 24 de diciembre, Lanata permaneció sedado en su habitación de terapia intensiva en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Su amigo y colega Gabriel Levinas decidió acompañarlo para que su familia pudiera celebrar en casa. Él describió el ambiente de esa noche como sobrio y compartió que llevó una botella de champagne para los médicos y enfermeros, aunque no pudo ingresarla: “Brindamos con pan dulce”. Según su entorno, Lanata pasó la jornada sin fiebre y con signos estables, aunque enfrentó molestias por dos procedimientos menores realizados ese día.
El último parte médico, emitido en diciembre, confirmó que Lanata respiraba de forma espontánea durante el día, aunque requería de ventilación mecánica por las noches. No obstante, su estado seguía siendo crítico, con una atención que priorizaba estabilizarlo antes de considerar cualquier cambio en su tratamiento. Unas horas antes de que se conozca la noticia más triste, su esposa se había mostrado a flor de piel. “Jorge está mal”, se lamentó.